El Pan Sobado de La Rioja se elabora a mano, siguiendo un laborioso proceso tradicional de fabricación, que necesita, al menos, cuatro horas para el amasado, la fermentación, los reposos, la cocción y el enfriado.
Se emplean ingredientes naturales, harinas fuertes de trigos panificables, de los que el 30% se recolecta en La Rioja, y masas madre naturales de más de 20 años, que gracias a su lenta fermentación, potencian las cualidades organolépticas del pan.
Se amasa y da forma fundamentalmente a mano, y en varias etapas, y se refina hasta conseguir una masa fina y elástica, haciéndola pasar varias veces a través de dos cilindros metálicos.
La masa reposa varias veces, y fermenta lentamente en cajones de madera forrados con tela de lino o en cámaras, para después cocerse a 210º con poco vapor.
Una vez que sale del horno, el Pan sobado de La Rioja, se deja reposar y enfriar, para que los sabores se distribuyan bien.
Y así se obtiene un pan artesano, natural, nutritivo y muy característico tanto en su sabor, como en su aspecto. De corteza fina, crujiente y de color dorado, y miga compacta y blanca, podrás encontrarlo en las panaderías en dos formatos diferentes: barra y hogaza.